DIGNO DE IMITAR

«Toda presentadora de televisión tiene su tiempo»

Gloria Morales | Locutora y docente
Rildo Barba
Quienes ya no escuchamos radio, aún recordamos su inconfundible tono de voz presentando sus revistas musicales o leyendo las noticias. De hecho, su nombre aún suena en los oídos y pronunciados por su propia boca: “Gloria Morales de Sánchez”. Quizá sea la radialista activa más veterana. “Pero soy la primera mujer informativista de la televisión; empecé a trabajar cuando sólo existía el canal estatal”, aseguró con orgullo. “En Santa Cruz estuve en canal 13 y en canal 4”.
- ¿Y por qué dejó la ‘tele’?
- Dicen que la vida profesional del ser humano es como una pirámide, que cuando se llega a la cima hay que levantar la banderita y bajar, no esperar nada más. En la televisión, si uno empieza a engordar deja de ser una buena informativista; la imagen y la edad son importantes en la ‘tele’ (risas). Yo me retiré cuando me dieron el premio a la mejor voz de Bolivia; era el momento indicado. Toda presentadora de televisión tiene su tiempo.
- ¿Es cierto que su carrera de radialista empezó como un hobby?
- Así es. Era aún una estudiante, estaba por salir bachiller en Sucre, cuando la radio La Plata me invitó a conducir un programa que escribía mi madre (Elena Barrero), se llamaba El niño es el padre del hombre, ¡mejorémoslo! Era un espacio corto, pero muy ameno, tenía cosas para los padres y para sus hijos. En la radio conocían mi voz porque yo declamaba en teatro.
- Y el hobby se convirtió en su profesión...
- Me gustó y era una forma de ganar un sueldo. Después del programa me quedé como locutora y después de algunos años, por razones de trabajo, tuve que irme a La Paz. Allá trabajé en varias radios e incluso fui fundadora de la Panamericana y de la Cristal. Hice radioteatro en la Fides y paralelamente teatro y televisión. Me vine a Santa Cruz en 1984.
- ¿Por qué se fue a La Paz?
- Había estudiado para maestra y me fui a trabajar al Ministerio de Educación. Tenía 24 años en ese entonces, era soltera e independiente. Ya había viajado sola por todo Europa, después de ganar una beca de liderazgo juvenil que me llevó a Israel. Gracias a Dios he conocido muchos países.
- Pero cuando se vino a Santa Cruz ya estaba casada...
- Con un arquitecto cruceño, Carlos Sánchez Herdland. Pero nos conocimos, nos enamoramos y nos casamos en La Paz.
- ¿Cómo fue para la chuquisaqueña venir a vivir al oriente?
- Yo venía a Santa Cruz de vacaciones; acá tenía a mis hermanos. Además, a mi esposo su tierra lo llamaba.
- Volviendo el tiempo, ¿cuál es el mejor recuerdo de su infancia?
- Mis vacaciones escolares en la propiedad que tenía mi madre en Muyupampa, en el límite entre Chuquisaca y Santa Cruz. ¡Eran divinas! Llegar allá todo los años era algo maravilloso. Esos momentos son los más tiernos y hermosos que tengo: ver a mis cuatro hermanos (Alfonso, Manuel, Edwin y Ángel) alrededor de mi madre.
- ¿Ha vuelto a Sucre últimamente?
- Muy pocas veces. Mis padres murieron y me es difícil retornar por lo doloroso que me resulta recordar la casa en la que viví y todo lo que pasamos en ella. Además, uno hace su tierra el lugar donde vive. Yo soy feliz acá con mi familia, con mis hijos (Vanessa, Carlos y Michelle Marie). Éste es mi pueblo, amo Santa Cruz. Trabajo desde hace más de 20 años en radio Marítima y soy docente en Diakonía.